"Una vez fui..."

Eliza Day propuso en su última entrada que nos animáramos a unirnos al juego "Una vez fui" que otra blogger había iniciado. 

Después de ver el resultado en el post de Eliza Day, me he animado a seguir con el juego. Creo que es una manera muy gratificante de desahogarse y permitir que me conozcáis algo mejor, aunque ya me conocéis bastante... pero esta vez puede tratarse de aspectos de mi vida algo más personales y delicados. Así que allá voy (espero no asustar a nadie):

Una vez fui una niña rubia con el pelo cortado como un chico. Era adorable cuando me apetecía. Cuando no me apetecía, era insoportable (eso me han dicho todos).

Sí, soy yo.

Una vez fui una niña que se comía las uñas y que sacaba la mano a pasear con ciertas compañeras del cole. No sé deciros exactamente por qué lo hacía, de verdad. No me siento orgullosa, pero me acuerdo perfectamente de cada una de esas situaciones. Hubo el caso de una niña cuya madre me prohibió acercarme a ella un curso entero, y yo para fastidiar iba todos los días a picarle a su pupitre y enseguida llamaba a voces a la profesora para que la dejara en paz. Me divertía, con eso os lo digo todo...

Una vez fui una niña que trepaba muros, se metía en colegios abandonados a curiosear en compañía de amigas que no querría para mis hijos, iba por la calle armando escándalo con mi mejor amiga de aquellos tiempos (una niña gitana que hace años que se mudó de ciudad y que nunca olvidaré), pero a pesar de todo, era la niña preferida de la profesora. Era una alumna ejemplar a pesar de todo. A mi profesora le encantaba mi caligrafía, decía que disfrutaba leyendo mis deberes, y a día de hoy todavía me la encuentro por la calle y le hace una ilusión inmensa verme. Y a mí más. Mi madre y mi abuela estaban muy orgullosas de mí, lo cual hacía sombra a mis pasatiempos callejeros y por eso hacía cuanto me venía en gana sin que me controlaran en exceso. Eso no quiere decir que me malcriaran, ojo. Pero yo en ese sentido he sido siempre muy lista y muy discreta.

Una vez fui una niña que se convirtió en mujer muy pronto. Con 11 años estaba demasiado desarrollada, era la más alta de mi clase, me bajó la regla, etc… El problema es que mis demás compañeras siguieron creciendo, y yo dejé de ser la más alta. También me volví algo más “señorita” en mi comportamiento, pero poco. Y dejé de comerme las uñas. Ahora cualquiera me saca una cabeza.

Una vez fui una chica medio gótica que conoció su primer amor el primer año de instituto, y todavía recuerdo intactos todos y cada uno de aquellos momentos a su lado. La relación duró un año y medio, y superarlo… no sabría deciros. A partir de entonces me volví demasiado tímida, reservada, insegura, desconfiada y negativa, y algunos de esos rasgos todavía los conservo.

Una vez fui una adolescente alborotada que escuchaba reggaetón porque no entendía las letras y que fue apartada de su grupo de “amigas” en plena adolescencia sin motivo alguno. Fueron unos 6 meses sin salir de casa porque no tenía con quién, y ellas se encargaban de que así fuera. Mis estudios también empeoraron porque no me concentraba, ese fue el único año que repetí. Os podréis imaginar cómo me sentía en una edad tan difícil… Ahora me encuentro con esos especímenes por la calle y simplemente, me río. No es para menos. Algunas de ellas tienen las pocas neuronas que les quedan atrofiadas por los porros, otras tienen hijos bastardos de gitanos… Lo sé, menudo ganado con que me he juntado. Si cuando yo digo que Zamora es una mierda…

Una vez fui una recién graduada que terminó el bachillerato sin saber por dónde encaminar su vida. Nada me llamaba la atención, no quería hacer carrera, tampoco quería empezar a trabajar tan pronto… En fin, que me metí en el grado superior de Educación Infantil porque fue lo único que me gustó. No me ha servido para nada peeeero… Fueron 2 años cargados de muchas experiencias, mucho que estudiar y varios cambios positivos en mi personalidad y mi vida. Los recuerdo con cariño.

Una vez fui modelo de fotografía. No lo busqué para nada, pero me llegó la oportunidad y no la rechacé. Todavía hago alguna sesión pero más de vez en cuando, y con fotógrafos esporádicos. El fotógrafo que me descubrió salió de mi vida hace tiempo, no resultó ser la persona de confianza que yo creía. Bueno, no resultó ser la persona que yo creía en general, así que adiós. Tengo un book bastante hermoso gracias a él, eso sí.

Sí, ésta también soy yo.

Una vez fui tan tonta que me enamoré de la persona equivocada, y las consecuencias que tuvo en mi personalidad siguen vigentes a día de hoy, porque sigue formando parte de mi vida aunque no estamos juntos, y creo que es difícil que algún día deje de hacerlo definitivamente.

Una vez fui capaz de decidir por fin lo que quería en mi vida: dedicarme a la moda profesionalmente. Entre mi madre y yo buscamos academias y centros donde impartieran cursos o grados de Corte y Confección y Moda, y por fin encontré una academia en mi ciudad, a muy buen precio y horarios muy flexibles. En mis ratos libres diseño (cada vez voy cogiendo más soltura), y en la academia voy confeccionando, con mucha ayuda de la profesora, mis diseños. Estoy taaaaaaan contenta… Lo de las uñas vino casi al mismo tiempo.

 Una vez fui una mujer que llegó a la edad adulta casi sin darse cuenta. A lo que soy hoy.

Aunque algunas de las fases de mi vida no son dignas de contar a nadie, porque no son para sentirse orgullosa ni para presumir, no me arrepiento de haber pasado por ellas ni de publicarlas aquí, porque todas esas etapas de mi vida me han convertido en lo que soy ahora, y aunque puede que haya rasgos de mi personalidad que me gustaría no tener o cambiar, no me avergüenzo de ser así.

Y ahora yo os animo a que os unáis a este juego. ¡Puede resultar muy terapéutico!

Ésta es la entrada del blog original que propuso el juego.

.Estelle.