Regalo de cumpleaños DIY.

El pasado día de Halloween fue el cumpleaños de mi prima. Para ese momento yo ya tenía pensado su regalo, pero prepararlo me ha llevado algo más de tiempo. Como la crisis está latente también en mi bolsillo y sacando partido de mis conocimientos en Corte y Confección, decidí elaborar su regalo yo solita con materiales que ya tenía en casa y así ahorrarme unas pelillas, además de que la ilusión con que lo regalas y ella lo recibe aumenta.

Lo primero que tuve pensado desde el principio fue una blusa asimétrica como la que me diseñé y confeccioné hace meses, y os mostré aquí. Pero con otra tela. Y conociéndola como la conozco sabía que un estampado de flores sería perfecto. Así que eché mano de un retal que tenía comprado desde hace tiempo y me puse manos a la obra.

El problema es que una vez terminada la blusa me supo a poco, y quise acompañarla de algún regalito más. Se me ocurrió que una tarjeta de felicitación sería una buena idea, y qué mejor que elaborarla yo también...

Pero claro, ¿y dónde le meto el regalo completo para que quede curioso, envuelto en un papel de regalo sin más o en una caja un poco curiosa? Opté por lo último. Cogí una caja de zapatos vacía, la envolví con un papel de regalo llamativo y le até un lazo al más puro estilo americano.

Pero nada, seguía sabiéndome a poco. En la caja sobraba espacio para algo más. ¿Y si le hago un cojín pequeñito con las mismas telas que la blusa para que abarque toda la caja y resulte más chic? Así lo hice.

Bien, y ahora, ¿meto la caja en una bolsa normal y corriente o le compro una bonita para regalos? Bah qué tontería. Tiremos la casa por la ventana y hagámosle una bolsa de tela que pueda servirle de bolso posteriormente.

Y éste ha sido el resultado:

Utilicé la misma tela que el lacito de la blusa (más abajo lo veréis) y para el interior utilicé un forro marrón que tenía guardado por casa, antes había pertenecido a un abrigo, pero el abrigo se fue a la basura y el forro me lo quedé por si acaso... y me ha venido bien conservarlo. 

Los lacitos de las asas son de la misma tela que la blusa, y para darle más vida al diseño del bolso elaboré un broche de fieltro de leopardo y negro, 2 flores superpuestas y rematadas con un botón. Y por dentro un bolsito interior, que siempre se agradece, y cierres de belcro. Quedó mono...

El papel de regalo lo compré en un chino porque me encantó, y hasta que no he tenido que forrar la caja no he tenido oportunidad de darle uso. El lazo es cinta de organza color violeta que compré en una mercería, y me apetecía atarlo como he visto siempre hacerlo a los americanos en las películas y series.

La idea de la tarjeta comenzó siendo nada más el detalle de la cortina en la tapa frontal y una foto mía en el interior, pero a mí lo simple no me va... Y me terminé liando entre botones, parches de tela, lacitos, bigotes de fieltro... Quise darle mi toque más personal y creo que lo logré con creces, aunque casi me coloco con tanto pegamento Imedio. La tela que utilicé para la cortina de la tapa frontal es la misma con la que confeccioné esta camisa.

Y la guinda del pastel, la blusa asimétrica y el cojín. El cojín no tiene mucho misterio, pero tuve que destripar un peluche viejo para rellenarlo. Bah no importa, me gusta destripar materia (?)

Pero la blusa, aunque le ha encantado a ella y a toda la familia, me toca arreglarla porque el bies del escote le aprieta, así que tengo que añadirle unos centímetros para que le quede perfecta y cómoda.

Ha sido la primera vez que me he ahorrado tanto dinero en un regalo, pero también ha sido lo más reconfortante por el valor que tiene y lo mucho que he disfrutado y aprendido elaborándolo.

Suceso destacado: "¿Y por qué no escribes a cerca de tu desgracia? Escribir es muy terapéutico, te ayudas a ti mismo y a las personas que lleguen a leerlo y se sientan identificadas. Hemingway empezó así. Luego se 

pegó un tiró pero bueno...".

.Estelle.